Tres trabajadoras sexuales de diferentes generaciones dialogan sobre derechos laborales, cuidados, maternidad, sexualidad y autonomía corporal en su trabajo en el marco legal mexicano. El testimonio despliega, a través de la experiencia concreta de las entrevistadas, las problemáticas que atraviesan las mujeres trabajadoras en variadas profesiones y territorialidades del mundo globalizado actual.

La obra está compuesta de un vídeo en el que a modo de tableau vivant las trabajadoras sexuales conversan, un contrato laboral enmarcado y un mapa conceptual que acerca los temas de interés del proyecto a los espectadores.

El contrato de derechos de imagen realizado de manera individual con cada una de las sexoervidoras entrevistadas en el vídeo ‘Randy, Midori, Rojita’ no sólo atestigua el intercambio acordado. En un marco legal que no reconoce sus servicios laborales debido a la penalización, el contrato deviene en un documento legal laborar que pone en cuestión el estatus invisible de las trabajadoras sexuales en México, desprovistas de derechos laborales y atrapadas en la estigmatización y revictimización debido a dicha situación penal.