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Giro Panfronterizo

G I R O PA N F R O N T E R I Z O
Habitar el no lugar,
para deshabitar la nación

Para sobrevivir en la Frontera
debes vivir sin fronteras,
ser un cruce de caminos.
Gloria Anzaldúa

La frontera moderna se constituye de prácticas variadas y de diferentes poderes que catalizan los flujos del capital. Una de ellas es la movilidad de los cuerpos subalternizados. Estos, desde tiempos ancestrales, han transitado los territorios sin una idea concreta de mapa geopolítico. Más bien, su caminar era parte de un entramado afectivo de comunicación y cuidado en constante armonía con el ecosistema.
A mi parecer, los mapas son una de las herramientas de occidente para colonizar y controlar los diferentes cuerpos que transitan estas tierras ficticias. El medio para colonizar los territorios ha sido la violencia extrema que se ha traducido en una guerra perpetua, en palabras de Von Clausewitz “la continuación de la guerra es la política”(1). Aún más, me atrevería a decir que la soberanía, en su devenir gubernamental y de gobernanza, no desea la supuesta paz perpetua ya planteada por Kant (1795). Sino que ésta paz es militarizada y encarnada en el heteropatriarcado y la economía necro-neoliberal. Ha basado su estructura a partir de diferentes tecnologías y dispositivos de control que producen la idea de raza, clase y género.
Al mismo tiempo, las fronteras han controlado la división global del trabajo. Por consiguiente, han marcado la brecha de la división de género y etnia que ayuda a conservar la pobreza, lo que es muy rentable para la jerarquización de la globalización del capital, siendo éste el único que no tiene frontera. En este caso puntual, el encuentro que denomino “Giro Panfronterizo”, fue el habitar un territorio de frontera, que de alguna u otra forma, todxs estábamos afectadas por ello. Porque este borde nos atraviesa a todxs desde la ficción política de patria. Nos propusimos cuestionar nuestra propia posición frente a esta fractura-colonial desde la experiencia de nuestros cuerpos, en palabras de Federici: el cuerpo de la mujer es la última frontera del capitalismo. Bajo esta premisa, se intentó intervenir y desfronterizar este confín geopolítico-corporal.
Usando como herramientas, metodologías críticas del arte feminista como por ejemplo: el trabajo colectivo para realizar performances, murales, graffitis y así poder visibilizar las injusticias sociales que nos acontecen y que compartimos como sujetxs. Junto a artistas de Chile, Perú, Bolivia y Walmapu nos reunimos en un nudo fronterizo cordillerano, específicamente en los Andes del Sur, pueblo de Visviri. Por cinco días colaboramos en la creación efímera de otro territorio, paralelo al que nos presenta la realidad, para escuchar el susurro del viento de nuestras ñañas.
En apariencia, ésta frontera parece más bien olvidada, como la frontera entre México y Belice, sin los muros concretos y filosos de Tijuana. Se asemeja más bien a un dispositivo permeable, con el fin de dejar pasar las substancias, elementos y cuerpos que devora el capital para enriquecer y conservar su acumulación originaria.
Giro Panfronterizo es un xenoterritorio (2) de un conocimiento situado (Haraway 2015). Un no lugar que necesita despojarse de la colonialidad interna (Rivera 2016) que acarrean nuestros cuerpos mestizos desde 1492. El Estado-nación nos obliga a transitar esta diáspora que nos lleva hacia una búsqueda de la desterritorialización. Somos parias de la Nación-heteropatriarcal. En este hito tripartito, intentamos entrecruzar toda nuestra subjetividad-mestiza-feminista sobre este filo casi invisible para el mundo y así poder multiplicar la potencia de la vida y contribuir a la base del horizonte de los comunes (3).
De esta manera, defino este ejercicio como una forma de colectivizar mi privilegio de artista. En este caso concreto, abriendo y socializando una invitación que me extiende la Galería Gabriela Mistral para hacer una exposición individual. No quise repetir ésta formula personalista puesto que no ayuda al momento político que estamos transitando. Caminamos hacia una política de despatriarcalización y esta es mi forma de experimentar éste camino. Abrir el horizonte hacia nuevas formas de vivenciar y experimentar el arte político-feminista. Al mismo tiempo, lo planteo como un espacio en tránsito. En donde la complejidad del territorio nos lleva a conectarnos con una memoria feminizada, que de alguna manera, nuestros cuerpos intuyen. También es importante mencionar, que nos comprometimos desde un espacio separatista. Porque en este primer encuentro, se necesitaba de una empatía en relación a una vivencia corporal de sometimiento frente a las diferentes formas en que el poder ejerce su violencia.
Le nombro un no lugar, porque la forma del desarraigo es la que nos ayuda a concretizar este deshabitar, sin remordimiento y fidelidad hacia la soberanía del capital global (Michel Hardt, Antonio Negri 2000). Así ha marcado la tierra esta modernidad, en forma de frontera, pero nos esmeramos en torcerla, en hacerla desaparecer. En este encuentro intentamos deconstruir con nuestro propio quehacer y en la forma como habitamos el espacio de la casa que se extiende hacia fuera, la casa nómade, el cuidado nómade, la extranjera, el estar de paso, el como transitamos en esta vida, el transitar infinito, el cambio antes que nos cambien, la transformación,
Esto puede entenderse como una pluralidad de sentidos de lo cotidiano y de los cuidados que nos hace experimentar ese habitar como una experiencia de totalidad. Pero también como una convivencia llena de contradicciones, donde nuestros afectos y acciones se desenvuelven desde distintas subjetividades y con otros. Porque nuestros cuerpos son afectados desde diferentes plataformas que monta la supremacía. Se podría hablar también del habitar como una sumatoria de tecnologías de la casa y la cotidianidad, como un aparato que aborrece la guerra y la imposición de un determinado límite.
En este caso transitamos la división y la chorreamos con nuestros fluidos: para desfronterizar hay que acariciar. Borrar esta línea que ha marcado nuestros cuerpos desde esa violencia originaria que deseamos abortar. Venimos a revindicar a nuestras ancestras, por lo tanto la casa se torna nómade. Nuestros cuerpos no reconocen la dimensión del límite. Vienen a fortalecer la voluntad de los feminismos para abrir una genealogía contaminada de muchos otros saberes y complejidades. ¡En donde otro habitar, ya existe! Entonces, deshabitamos la nación para habitar el afuera que nos fue negado con toda su radicalidad. Así podemos accionar pequeños territorios utópicos y de praxis al mismo tiempo, reconfigurando antiguos espacios que fueron signados desde la violencia, como lo fue la Guerra del Pacífico. De esta forma nos empoderamos, para desmarcar las ficciones políticas implantadas por el poder y ¡Comenzamos a parir otra existencia!

Me voy patria
Yo me voy, Patria querida, me voy a vivir distante: no
tienes tú, para el indio, ternura propia de madre.
Rinimi, llacta
Rimini, Llagta, rimini may carupi causangapa;
Mana quiquin Llagtashina cuyanguichu runataca!
Luis cordero crespo, ecuador, 1884

Katia Sepúlveda
Colonia, 15 diciembre del 2018.
Notas al pie: (1) Sandro Mezzadra, Brett Neilson. La frontera como Método. Traficantes de sueños. 2017, pág. 223

Notas al pie: (2) Xenoterritorio es giro panfronterizo, es el lugar en donde deshabitamos la patria para habitar y comenzar a transitar hacia los comunes, desde nuestra no adaptación a este sistema y de sentir el habitar como una constante migración es decir la extraña, la extranjera.Sepúlveda 2019.

(3) “Cada vez pienso más en los comunes como una forma de relacionarnos con la vida cotidiana y como una lucha; una perspectiva. No podemos tener comunes puros. No podemos pensar en el común como una forma final. Entiendo los comunes como una riqueza material para ser compartida, necesaria para que nos reproduzcamos. Pero los comunes también significan un tipo de relaciones diferentes. Significan una sociedad que está conectada, cimentada por relaciones de solidaridad, cooperación y trabajo colectivo. Los comunes son también una forma política. Es una riqueza material, pero también una forma política, en tanto que apropiación de nuestra capacidad de decidir políticamente juntos. Por otro lado, hay formas de apropiación que son muy peligrosas, porque buscan precisamente lo contrario. Usan locomún para promover una agendaopuesta. Es el caso del Banco Mundial, que está ahora mismo, por ejemplo, expulsando muchas poblaciones indígenas de sus tierras, declarando estos bosques, estas tierras, patrimonio común de la humanidad, comunes mundiales, por ejemplo el Amazonas. Se autoproclaman protectores de estos espacios, y su concepción de la protección pasa por ponerles precio“ Silvia Federici, Qué hacer? EEUU en la Era de Trump. https://agora.ctxt.es/quehacer/ silvia-federici/Consultada el 6 de enero de 2019.

 

¿Consideras que la duración del proyecto es de corto, mediano o largo plazo?

Mediano plazo (un año a 5 años)

País donde se realizó el proyecto

Chile

Localidad donde se realizó el proyecto

Frontera tripartita, pueblo de Visviri

Idioma / lengua original en el que se realizó el proyecto

Español

¿Con qué públicos / comunidades se trabajaron?

Localidad del pueblo de Visvíri, Aimara, Quechua.

¿Qué situaciones, problemáticas, experiencias se abordaron?

La problemática de la frontera contiene muchas violencias en especial hacia los pueblos originarios desde sus formas de hacer vida cotidiana. Como también las taxonomia de genero que la colonialidad acarreo. Es por eso que uno de los trabajo a aborda la ruta de trata de mujeres que pasa por esa frontera.

¿El proyecto ha tenido reactivaciones?

No

¿Qué salidas ha tenido el proyecto?

Se hizo un catalogo en papel y en formato PDF. El video "Apatrida" paso a ser parte de la colección de la Galería Gabriela Mistral Santiago de Chile que es estatal.

¿Cuál es el vínculo conceptual/político del proyecto con las luchas feministas y antipatriarcales?

Es un proyecto que utilizo las metodologías feministas para cuestionar la idea de estado nación como dispositivo fundador del patriarcado y como organismo perpetuador de la colonialidad del poder, ser, saber en todo Latino América.

¿Cuál es el vínculo conceptual/político del proyecto con Latinoamérica?

La idea del proyecto era la de visibilizar los conflictos que acarrea la frontera tripartita entre Perú, Chile y Bolivia, territorios hermanos que han sido distanciado por los mandatos del sistema mundo moderno colonial, a través de su poder fáctico que convierto al "sujeto" en ficciones políticas.

¿Este proyecto puede considerarse como práctica social feminista?

¿Qué tipo de repercusiones (adversas/positivas) generó o ha generado el proyecto hasta el momento?

Genero diferentes cuestionamientos en cada una de las participantes y alianzas, por ejemplo, el colectivo Hysterix se fue hacer una residencia de arte a Bolivia invitadas por Pezones Metralleta. Una de las integrantes de Pezones Metralleta está fuertemente trabajando más desde el activismo feminista en Santa Cruz Bolivia. Personalmente, comprendí la necesidad del trabajo colaborativo para transformar las resistencias en practicas transformadoras. Situando a la ética como la voluntad que necesita el arte hoy en dia.